martes, 26 de abril de 2011

Las Milicias en Venezuela.

El problema latente de las milicias nos hace recordar historias de países vecinos. ¡En ese espejo no!

De obligada lectura el artículo “Educación Militarizada” de Mariano Herrera en Últimas Noticias del 16 de abril. Si usted no lo leyó, escríbame que se lo mando. Es muy preocupante la militarización de nuestros jóvenes, pues si la militarización fuera l ...a solución a nuestros problemas, deberíamos ser el primer país del mundo… y estamos bien lejos de ello. Nos jugamos además que nuestro futuro esté en manos de autómatas adoctrinados, como lo establece la Resolución N° 017621 del 16/3/2011 del Ministerio de la Defensa, que le impone al de Educación (y a todo el país) “la educación para la defensa integral”. Y aún va más allá: exige que este tipo de educación se constituya en “eje integrador” del sistema educativo. Las grandes preguntas se las hace Herrera: ¿por qué la educación para la defensa será más importante que las competencias básicas para la vida, como el dominio de la lengua materna? ¿Por qué será impartida por las milicias, si no tienen la preparación pedagógica? ¿Por qué si como dijeron el ministro de Defensa, GJ Carlos Mata Figueroa, y el viceministro de Educación para la Defensa, GD Jesús Morao Gardona, esa resolución “… se está revisando todavía y es un documento interno”, fue publicado en Gaceta Oficial? Las respuestas las podemos encontrar en la historia reciente. En lo que resulta preparar niños y jóvenes para la guerra. En la Galería Templarios en El Rosal hay una exposición que todos los padres deberían ir a ver y los colegios programar visitas guiadas. Se llama “Puerta del Cielo”. Fue magistralmente concebida por Rosa Virginia Urdaneta, quien recoge en pendones que emulan tarjetas de santos, doce testimonios de niños excombatientes de las FARC, el ELN y las AUC: Éramos de la misma aldea. Me negué a matarlo y me dijeron que me dispararían. Me apuntaron con una pistola para que lo hiciera. El niño me preguntaba “¿por qué lo haces?”. Yo respondí que no tenía elección. Después de que lo matamos nos obligaron a untar nuestras armas con su sangre. Marta, 16 años, excombatiente del ELN-UC, Colombia. ¿Estremecedor, verdad?… Lean éste: Yo tenía una amiga, Juanita, ella se metió en problemas por acostarse con varios tipos. Nosotras éramos amigas desde que éramos civiles, y compartíamos la carpa. El comandante dijo que no importaba que ella fuera mi amiga. Ella había cometido un error y tenía que pagar por eso. Yo cerré los ojos y disparé, pero no le di. Entonces, disparé de nuevo. El hueco estaba ahí al lado. Tuve que enterrarla y poner tierra encima de ella. El comandante me dijo: “Lo hizo muy bien, así se haya puesto a llorar. Va a tener que hacerlo muchas más veces y le va a tocar aprender a no llorar”. Ángela y Juanita, 14 y 15 años, excombatientes de las FARC-EP, Colombia. ¡Son las voces de unas niñas! De Marta, de 16 años y de Ángela, de 14, que fueron obligados a asesinar a sus amigos. No eran extraños, no eran enemigos… ¡eran sus amigos! Marta, Ángela y todos los niños como ellas deberían haber estado estudiando, divirtiéndose, soñando, no aprendiendo a odiar, aprendiendo a no tener piedad, aprendiendo a asesinar ¡Una, mil y todas las veces desprecio la violencia con toda mi alma! Por último, me pregunto lo mismo que se preguntaron Mariano Herrera y la profesora Nacarid Rodríguez de la UCV: “¿Por qué la defensa de la nación ha de entenderse en el restrictivo enfoque militar?” Respondo con y como ellos: “la nación se defiende cumpliendo con la Constitución, respetando los derechos humanos, cuidando el ambiente, desarrollando las fronteras, incrementando la producción de los alimentos que consumimos, estimulando la investigación y el conocimiento científico, fomentando el estudio, ofreciendo variedad y diversidad de oportunidades de empleo entre nuestros jóvenes”. ¡La educación tiene que ser para la vida, no para la muerte! ¡Los niños deben orientarse hacia la resolución de conflictos, hacia la coexistencia, hacia la paz! ¿Creen que aquí va a ser distinto que en Colombia?… ¡Por favor! ¡Yo en ese espejo no me quiero ver! Ver más

De: Un Mundo Sin Mordaza
.

No hay comentarios: